Agosto
2010
Mi hija estuvo mes y
medio de vacaciones acá y pude verla casi a diario, a pesar de que tiene mucho
que hacer siempre se dio tiempito para venir, la pobre casi ni dormía (2 a 3
horas diarias) y es que hacía dos años que no venía y llegó con la intensión de
reconstruir la memoria e imagen de su padre; en los últimos años se auto
cuestionaba el no conocer, humanamente hablando, a su padre: ¿Qué bailaba?
¿Fumaba? ¿Era celoso? ¿Físicamente ella, en qué se parecía a él? ¿Y en
carácter? ¿Cuáles eran sus miedos? ¿Sus retos? Etc., etc. Ella sentía una
identidad y amor a su madre, pero y a ¿su padre? A él lo sentía distante,
lejano, abstracto…, era una imagen al cual quería, y se reprochaba no amarlo
más, como él se merecía…, durante mucho tiempo fue y es su madre su fuente de
amor y fuerza, pero ahora requería, necesitaba ENCONTRAR a su padre tal cual
es, como un ser humano con virtudes y defectos, con aciertos y errores,
conocerlo en su día a día, en sus cóleras y su ternura…, bueno, Mi hija llegó
con la decisión de entrevistar a todas la personas que lo conocieron, desde su
niñez hasta el momento de su muerte…, sabía que habría testimonios a favor y
también detractores…, y se preparó para aceptar lo que venga. Fernando está
enterrado en Cusco, pero en el corazón de mi hija siempre hubo la secreta
esperanza de que él estuviera vivo… que aparecería cualquier día…, durante
todos estos años unas tres veces ella me dijo que algunos familiares lo habían
visto caminar por la sierra de Ancash… o por las carreteras de la costa,,,,
ello alimentaba los sueños de hija, de querer tener (abrazar) a su padre, de
sentir su amor paternal (que no conoció en toda su dimensión); en su corazón no
existe reproche, ni rencor, ni cuestionamiento a su padre, al contrario lo
quiere, lo adora, pero necesitaba HALLAR a su padre…; Pepe tuvo la oportunidad
de conseguir pasajes para ir a Cusco y le ofreció a mi hija acompañarla a ir a
la tumba de Fernando, yo le dije a mi jovencita: “Hija, el día que tú estés
preparada, ahí esta el viaje para que vayas a visitar a tu padre” y me
contestó con esa mirada tan limpia que tiene: “Mamá, no sé si estoy o no
preparada, pero quiero ir”, “entonces vas a fines de mes con Pepe”, le
confirmé.
Durante las entrevistas iba poco a
poco (re)construyendo la personalidad y actitud de Fernando; así como ella, el
hijo de Bruno(compañero que fue asesinado por las torturas que le infringieron
en la DIVISE-División de secuestros), también hacía lo mismo para llenarse de
su padre, mi hija y Ronal son como hermanos y se acompañan en este trajinar…, Ella estudia para poder servir a su gente, su pueblo, ella no quiere lucrar,
quiere ir al lugar, caserío, comunidad donde requieran de una médico y amiga,
por eso también quiere hacer su especialidad en medicina interna, pues es
conocer todo el organismo humano, que es lo que se necesita en los pueblos
alejados, donde no hay ni posta médica; tiene clarísimo su rol y función en la
vida, aportar al cambio dando a los que necesitan. Me siento tan afortunada de
tener a una hija con ese corazón tan grande…, si vieras cómo la quieren sus
amigos(as) en la universidad, ella es muy activa, y no descuida sus estudios,
tiene muy buen promedio, pero también se da sus gustos… ya me ha contado ella
misma (y me lo confirman sus amistades en muy buena onda; ¡ojo! Yo no pregunto)
que toma harto ron, sus amistades son tranquilos (en valores) pero como todo
jóvenes se dan sus fiestas, vacilones, juergas…; me acabo de acordar de una
pregunta que me hizo de su papá “¿Crees que mi papá se molestaría si me
viera borracha?” y otra interrogante” ¿Me dejaría tener enamorados?”.
Como toda jovencita va explorando
(“con límites propios” como dice ella misma) y es que es muy exigente en su prototipo de
hombre (¿a quien habrá salido, no?) somos muy amigas, ella me cuenta sus
vivencias y yo las mías, tenemos un alto grado de confidencias y
complicidad; confieso que a menudo he
tenido miedo de que su vida solo gire en torno mío y no busque forjar SU
propia ruta, metas, familia, etc. Nos amamos tanto que seguimos esperando el
momento del reencuentro en libertad y esto se alarga y prolonga tanto…tanto…,
la vida sigue y los hijos a pesar de sentirse incompletos por no tenernos (a
sus padres) a su lado, deben volar y recorrer sus propios caminos. Creo que a
pesar de mi situación, ella siempre ha sentido mi amor de madre y de su mejor
amiga, mas respecto a su padre ella notaba esa carencia…, mientras iba
conociendo a su padre, conoce acá en Perú a un muchacho que según me dicen es
buen chico, y ¡se enamoran!, pero solo tenían 20 días para disfrutar ese amor
pues cada cual debía regresar a sus estudios (viajar); y no se sabe cuándo se
volverán a ver…; bueno, así es el amor ¿no? En las dificultades se mide si es
un buen amor o no.
En este mes y medio que ella y yo
hemos compartido, su experiencia como hija y mujer, me he sentido plenamente
madre, y miro retrospectivamente cuando a sus 7 añitos llegó a visitarme allá a
la Base Naval del Callao y así pequeñita la cargué y abracé, hoy a sus 22 años,
ya toda una mujer, estamos más unidas que nunca; es cierto que la cárcel nos
impide ser padres del día a día, pero el amor transciende muros, rejas,
espacios y tiempos… Mi Hijo va a cumplir 9 años y ya me llega a la altura de la
nariz (bueno, yo no soy alta ¡ja, ja!) mis hijxs se adoran, han procurado pasar
la mayor cantidad de tiempo (los fines de semana, pues él va al colegio), Saul
facilita este compartir entre hermanos, yo procuro que mi Paquita me lo traiga
todos los sábados, estudiamos, jugamos (yo ando en zapatillas cuando él viene)
vemos películas (es cinéfilo), lo bueno es que procuro darles a mis hijos el
espacio y tiempo que requieren, hablamos siempre con la verdad, nos hemos acostumbrado
los tres (mis dos hijxs y yo ) a decirnos siempre la verdad, aunque duela, pero
es preferible ser sinceros y honestos. No me ha sido sencillo asumir mis
errores y defecto ante ellos, por fortuna ellos valoran el hecho de reconocer
las fallas para así esforzarse en mejorar.
Pertenece a un grupo de jóvenes muy
unidos que muchos tienen en común la pérdida de alguno de sus padres; entonces
no han podido compartir con sus padre como el común de los niños y/o
adolescentes; ellos se sienten diferentes, pero a la vez son jóvenes que han
logrado elevarse por encima de las frustraciones y/o rencores, todos estudian
carreras profesionales, se esmeran en ser positivos y proposititos, asumen su
situación con cuestionamiento, pues les duele muchísimo no tener a sus padres,
pero a la vez con amor en el corazón. Se quieren como hermanos, comparten con
ella y Ronald sus realidades de ser huérfanos de padre, lo especial de mi Hija
es que ella también tiene a su madre presa ya casi 20 años, y con las últimas
leyes que derogaron los beneficios penitenciarios para los sentenciados por
“terrorismo”, la carcelería de su madre se prolonga a 10 años más! Y al saber
que ella viajaría a conocer la tumba de su padre, se reunieron para
confraternizar, para darle el apoyo emocional, la fuerza de hermanos, el ánimo
de este paso tan trascendental, Ronald le dijo: “recuerda que encontrarte con
tu padre es una alegría”, y ella llevaría esa frase en su corazón…
Cuando llegó el día del
viaje, solo sabían que era en Quillabamba, tenían 3 días para ir y regresar a
Lima, solo les dijeron que un campesino Juan le podría dar referencias, como
Pepe es un trotamundo, con cámara en mano fueron registrando todo el trayecto,
horas de viaje en camión, larguísimas caminatas por cerros y cerros buscando al
Sr. Juan, cuando por fin lo encontraron, éste les dijo que él sabía solo por lo
que le contó María, pero justo ella, ese día, había viajado a Cusco pues su
hijo estaba enfermo, pero regresaría en tres días, mi hija no podía esperar
pues debían regresar a Lima al día siguiente, Juan les contó que eran dos los
muertos, pero que el segundo cuerpo que estaba herido (el de Fernando) lo
habían tirado al río… ella se estremeció…¡Nunca encontraría el cuerpo de su
padre!...”era
horrible pensar que no hallaría a mi papá” me contaba después mi hija;
Juan le pasó el número telefónico de María, después de varias horas pudo
comunicarse con ella y María le preguntó “¿Tú hija de quien eres? ¿del moreno gordo o
del gringo flaco y alto?”, esto le sorprendió a mi hija pues su papá
era blancón pero no gringo, además le habían dicho que su papá, 3 semanas antes
de su muerte, estaba gordo y todos sabían que era chato; pero igual le contestó
a la Sra. María que era hija del blancón, “los dos cuerpos están enterrados en un
mismo nicho en el cementerio”, le volvió el alma al cuerpo a mi hija, la
Sra. María había ayudado, por humanidad, a enterrar los dos cuerpos pues
estaban tirados en la calle ya 24 horas y nadie les daba cristiana sepultura,
entonces el párroco y la comunidad recolectaron fondos para enterrarlos; “es
un nicho ancho con una cruz, esta ubicado mirando a la carretera los guardianes
te darán razón y la ubicación exacta”. Los dos se dirigieron hacia el
cementerio (llevaban mi foto como símbolo de mi presencia), pero no hallaron a
ningún guardián, había murallas así que tuvieron que caminar por atrás para
ingresar…, buscaron nichos y nichos…, ninguno decía el nombre de Fernando…,
Pepe vio uno que parecía ser pues era muy ancho y tenía una cruz de cemento
pero ahí decía “A. Soria” pero borroso, como si lo hubiesen borrado, “¿Tú,
sientes si ésta es la tumba?” le preguntó Pepe, ella decía “no
sé”, se sentó frente y comenzó a llorar mientras en su mente y corazón
llegaban imágenes de todo lo que le habían narrado de su padre, de lo que lo
amaba, de su necesidad de él…, de saber que él fue un ser humano valiente,
decidido, que creyó en algo y dio todo por ello, incluso su propia vida…
lloraba y lloraba y cuando sus ojos húmedos levantan su mirar hacia la cruz y
logra distinguir borrosamente casi desapercibido… N A N
D O V desesperadamente llama a Pepe para que
confirme… sí, escrutó bien y decía: FERNANDO
VA otros lo habían intentado
borrar, pero los ojos del corazón de mi hija se conectó con su padre y recién
así distinguió lo que antes había buscado con la razón y el cerebro… y no lo
había visto; rompió a llorar como nunca antes en su vida había llorado…Pepe la
abrazó aunándose a ese sentimiento tan profundo…, yo a través de él le mandé un
mensaje a Fernando “Aquí te traigo a tu hija, mírala…¡Te ama!”; no sé cómo
describir este momento tan sublime en la vida de mi hija y de nosotros… y
captar la dimensión de este (re)encuentro.
Ya sé que suena a
metafísico, pero soy una convencida de que el amor no tiene explicación (por
ahora) y que solo hay que sentir esa espiritualidad que llena el ser a
plenitud. Mi hija sintió que fue su padre el que la condujo hacia él, si antes
ella pensaba, algún día traer sus restos, incinerarlos y llevarla con ella en
su urna, apenas sintió la conexión son su padre dijo “él pertenece a este lugar, acá
está el motivo de su lucha, acá la gente lo quiere, debe quedarse aquí”.
Lo curioso fue que antes
le había comprado unas flores de plástico bien bonitas, pero lo olvidó en el
pueblo, entonces ya en el cementerio buscaron flores en los árboles, en un
descuido mi hija golpea con su cabeza un nido de avispas y ¡zas! Un enjambre
revoloteó alrededor de su cabeza, Pepe desesperadamente tomó agua sucia de por
ahí y se lo echó con lo que las avistas se ahuyentaron ¡uf! Se salvo de unas
tremendas picaduras, Pepe le dijo “creo que a tu papá no le gustaba tu
peinado…ja, ja”; cuando a mi me lo contó le dije: “Creo que tu papá buscó ordenar
tus pensamientos a punta de pinchazos…ja, ja”. “Mi papá sí que me la ha hecho
difícil” –decía mi jovencita con regocijo.
De todas maneras
quedaron con la Sra. María para conversar con ella en Cusco, quedaron a las 10
de la noche, pero la carretera estuvo bloqueada por un huayco y se retrazaron
llegaron a las 2 a.m. y aun así pudieron conversar, pues la Sra. María debía
regresar a Yanatile a las 7 a.m.; ella contó que por cosas del azar, justo esa
madrugada, del 29 de junio de 1991, a las 5 a.m. ella esperaba el bus para
entregar una plata al chofer, que debía enviar a su padre, era oscuro, cuando
ve venir el bus y baja un civil un poco antes, ve que se dirige hacia la
comisaría, y luego ve dentro del bus a los guerrilleros vestidos militarmente y
con brazaletes del MRTA, y fusiles, eran 16 entre hombres y mujeres, el bus
sigue la ruta y llega a la plaza central donde los guerrilleros se bajan,
desplazándose cada cual a sus puestos; pero ya el factor sorpresa se había
perdido, pues el civil alertó y el único policía que estaba en la comisaría
corrió hacía la torre de la iglesia y desde ahí comenzó a disparar, como
francotirador, con su fusil a los tupacamaristas logrando dar en la cabeza al
primer compañero, ante el asombro empieza el tiroteo y el segundo tiro fue ha
la cabeza de Fernando que murió instantáneamente…, tal fue el desorden de los
disparos, que la Sra. María se cubrió y escondió, temía que le cayera un tiro…
ella corrió luego hacia su casa para ver a su hijito de 5 añitos, y éste estaba
paradito en la puerta de su casa, sorprendido y curioso; ella lo metió
inmediatamente para protegerlo, hasta que terminó todo el tiroteo…, todos en el
pueblo quedaron atemorizados, cuando despuntó la luz salieron a las calles y
vieron las huellas de las balas en los muros de las casas y los dos cuerpos
estaban tirados en las calles de la plaza central de Quebrada Honda, a las horas llegaron refuerzos policiales de
otro distrito.
Los policías arrastraron el cuerpo amarrados de un pie como si
fueran perros muertos, después de 24 horas los cuerpos seguían en la
intemperie, ante esto ella y otros comuneros fueron a la municipalidad a pedir
que se haga colecta para darles cristiana sepultura, hablaron con el párroco, y
así fue que fueron a reclamar los cuerpos ante la policía, éstos gritaban
improperios pues aducían y reclamaban “¡cómo sí se preocupaban por los
terroristas y no hacían nada cuando algún policía caía en servicio”, aún así
lograron hacerles sus ataúdes y la misa, cuando los pobladores los llevaban al
cementerio, los policías los amedentraron, dispararon para dispersarlos, pero a
la vez los comuneros de las zonas altas también estaban viniendo con sus
músicas, su licor, sus viandas, por que así se entierra allá a los muertos en
son de alegría y fiesta, y cuando los policías ven que están bajando se asustan
pues creen que son guerrilleros y se tiran cuerpo a tierra y disparan…, con
toda esta confusión, lograron los comuneros llevar los cuerpos hasta el
cementerio y darles cristiana sepultura. La Sra. María cuenta todo esto como si
hubiese pasado ayer…, En Lima, los compañeros avisan a la familia de Fernando,
y su hermana Armida, viaja al lugar para ver si puede traer el cuerpo de
Fernando, al llegar y preguntar, los propios pobladores la alertan pues la zona
estaba militarizada y en Estado de emergencia, y si se enteraban que era la
hermana del guerrillero, la detendrían, entonces callada y silenciosamente, fue
hacia el lugar del entierro, le lloró a su hermano querido y logro hacerles, a
los dos caídos, un nicho ancho y una gruesa cruz de cemento…, con el nombre de
los dos, no sabría Armida que no podría volver a dicho lugar hasta más de dos
décadas…
Yo, me despedí de mi
hija el sábado pues viajaban en la madrugada a Cusco, y apenas llegó del
aeropuerto en Lima, vino directamente a visitarme y mi hija era otra…, la vi y
la sentí COMPLETA, hasta antes del
viaje tenía la ausencia del padre; después del viaje ella llegó con él, ella ya
lo llevaba a su padre en su propio ser, ella no solo lo había encontrado…lo
llevaba en su corazón. No sé si logro transmitir la intensidad de lo vivido….
Creo que mi hija pudo cerrar el círculo de su vida familiar de la mejor manera.
Hoy la veo bien, linda, satisfecha, serena, sin reproches, con mucho amor y
clara en lo que quiere en la vida.
El hecho de tener este
tipo de emociones me hacen sentir viva; al ver las fotos de la tumba de
Fernando mi corazón se estremeció de dolor y gratitud; el Perú ha cambiado de
cuando él lo dejó hace casi 20 años y estoy convencida que él se adecuaría a
esta nueva realidad con nuevas propuestas. Estamos vivos y seguimos caminando.