Mi pedacito de mujer
Me encanta verte lograda como mujer y profesional, por
supuesto que no podemos quedarnos conformes no? Hay tantas cosas aun por hacer.
Cada día es un nuevo comienzo, un nuevo reto: hay una dinámica que me ayudó muchísimo
cuando estaba en la cárcel de la Base Naval del Callao, como no había nada,
nada, nada que hacer, opté por recordar libros leídos, películas vistas, anécdotas
vividas, poemas diversos y por supuesto mis ejercicios físicos diarios, y al
final del día me preguntaba “¿qué de productivo realicé hoy?. Necesitaba sentirme
constructiva, en desarrollo, no estancarme, ya cuando estuve en otros lugares,
las responsabilidades comenzaron a presionar y a abrumar, entonces al final del
día me preguntaba “¿qué de bueno y positivo hice o recibí?” entonces ya no me sentía
mal sino satisfecha. Esto es en día a día, pero también funciona para periodos más
largos.
La vez pasada que hablábamos, sobre si somos o no víctimas,
es bueno reconocer si agredimos o somos agredidas, en ambos casos podemos
corregir o superar, sobre todo perdonar a nuestros agresores, no con justificación
sino con entendimiento, y perdonar no necesariamente significa retomar o tener buenas relaciones con el (la)agresor
(a), sino principalmente liberarte de una carga de rencor, odio, resentimiento
y venganza, liberarte para poder amar, uno aprende a conocer a las personas y
decidir si nos alejamos, ponemos distancia o retomamos la cercanía. Es poner
sobre la balanza si vale la pena una persona o no vale la pena relacionarse con
dicha persona. Yo reconozco que por mi ausencia les he dejado a tu hermano y a
ti un vacío existencial, que he sido egoísta y que les he impuesto una vida que
no les ha sido fácil, me ha costado y cuesta mucho perdonarme por esto, pero créeme
que pongo de mi parte para lograrlo, por eso necesitaba, que tú, no solo me
veas con virtudes, sino también con defectos y errores, que debas primero que
nada aceptarme con todo lo que soy, para luego perdonarme y por ende perdonar a
tu padre. Siento que para sanarnos bien, hay que mirar la herida, limpiarla y
procurar que sane con los cuidados que amerita, ahora nos convertimos en
doctoras del alma, ¿no? J
Nos toca nutrirnos de lo que vamos viviendo y compartiendo,
porque nuestra vida es especial y excepcional, no hay que negarnos a reconocer
la felicidad que el día a día nos entrega, miremos a pesar de la oscuridad
nuestra propia estrella, esta nos da color y suavidad. Familia es la que comparte vivencias (juntas o a la
distancia), la que acompaña en las buenas y las malas, la que ayuda a caminar
cuando la carga de la vida es muy pesada, la que ama sin condiciones. Nosotros somos
así…
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