Tomando en cuenta que es importante escuchar las voces
silentes de peruanas y peruanos que desean aportar al camino de un Perú Digno y
Soberano, presento: Soy María Lucero Cumpa Miranda, llevo mas de dos décadas encarcelada,
como mujer peruana alimenté mi espíritu y razón junto a la juventud de mi
época, en el ideario transformador y revolucionario de la sociedad, así como la
opción preferencial por lo más pobres, pertenezco pues a una generación que asumió
un rol militante en la política peruana, en el que también pueblos de América Latina
insurgían en busca del bien común.
El pueblo peruano, al que pertenezco, posee heridas a raíz de
la violencia política de los 80 y 90, que aun laten. Perdonar es un acto humano
de los que pertenecemos a una comunidad social y familiar. Ante un desacierto,
error o falta es digno y valiente pedir perdón y dignifica mas concederlo. Solo
se perdona si hay entendimiento y capacidad de amar. Yo he pedido perdón a mis
hijos, familia, asi como a la sociedad, y lo hice expreso en el proceso
judicial en el que me sentenciaron a 30 años de carcelería. Es necesario
comprometernos en la curación de dichas heridas y retomar los lazos familiares
y sociales, la restauración de los vínculos con la población con actos que
demuestren nuestra voluntad y compromiso de resarcir los daños.
En América Latina muchos de los que en el siglo pasado se levantaron
en armas en sus respectivos países como El Salvador, Nicaragua, Guatemala,
Uruguay, Brasil, Colombia, Chile, Bolivia, etc, deseando construir un nuevo
sistema de equidad social, hoy tras una evaluación de lo vivido y reformulación
de su actividad política, participan en la vida democrática de sus respectivos países.
La caída y los paradigmas y dogmas que demuestran que la
realidad es la que genera y renueva las teorías. El ser humano es un ser
perfectible por ende sus teorías también lo son y sus actos son reflejos de
ellas.
El Perú es hoy diferente que hace 40 años. El pueblo peruano
se ha manifestado enfáticamente el voto electoral y en las calles, por la defensa
del estado de derecho y la democracia.
El MRTA acogió a la juventud transformadora en un momento en
el que el movimiento popular proclamaba la revolución social. Los que pertenecíamos
al MRTA, asumimos en ese momento que la vía armada era solo un instrumento
político en las circunstancias del Perú en aquellos años, propusimos el dialogo
nacional en varias oportunidades para encontrar la paz. Después de varias décadas
de lo ocurrido, se puede afirmar que el MRTA cumplió y cerró su etapa histórica,
el ideario de la gesta libertaria DE Tupac Amaru II, en el proyecto socialista
de José Carlos Mariátegui, las luchas sindicales del siglo XX, las demandas de
los derechos de la mujer y de las minorías, etc, hoy pertenecen y es parte de
cada peruana y peruano.
En mi punto de vista, se ha cerrado definitivamente la vía
de la insurgencia armada que se emprendió en los años 80 del siglo XX, la tarea
es incorporarnos a contribuir y construir una democracia, la equidad , la integración
de la diversidad cultural y de las nacionalidades, respeto a la identidad de género,
el cuidado del medio ambiente, defender la decencia en contraposición a la
corrupta política, económica y moral del sistema.
Deseo contribuir según mis posibilidades, junto al resto, a
una alternativa opuesta al neoliberalismo avasallador, es decir ser gestores
propositivos con alternativas nuevas y viables en este siglo XXI, involucrándonos
en la participación y democracia popular, de debate de sustentación de ideas,
de convencimiento y búsqueda de consenso en el que las mayorías y minorías sean
respetadas y consideradas como parte de un todo con tolerancia.
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