LATIDOS
DE VIDA…
Mi pedacito de mujer: 6
de febrero de 2009
¿Sabes cuánto te amo? El universo me queda chico para definir la
dimensión del amor que te tengo. Ayer conversaba con algunas de las muchachas
que viven acá (de otros delitos) sobre cómo hemos tenido que romper esquemas en
los conceptos clásicos (o sociales) como son el rol de la mujer, el qué es ser
madre en forma tradicional, el ser hija, el ser profesional de cómo debes “ser”
para estar aceptada en la sociedad, y como supondrás muchas hemos tenido que
ser creativas y procurar ser mujer, madre, hija, amiga dentro de nuestra propia
realidad (estando muchos años presas) y convicciones, todo esto a raíz de lo
sensible que he estado estos últimos días, pues tuve que recordar vivencias
bastante difíciles.
Te cuento que el martes 3 de febrero llegaron del
Ministerio público para tomarme mi declaración sobre el proceso por las
torturas a las que fui sometida en octubre de 1987, o sea hace más de 21 años;
en realidad, si bien somos muchísimos los que fuimos brutalmente torturados
durante todos esos años, son escasos los casos en que ha procedido a dar curso
a un proceso penal. Te hago recordar: en mi juicio del mega proceso, a raíz de
mi declaración-denuncia sobre las torturas que me inflingieron, se pidió el
testimonial de muchas personas y personal policial, la cosa es que vinieron dos
oficiales de la policía nacional (Policía de investigaciones en ese tiempo), un
mayor que fue el que me detuvo en una calle de Salamanca, y el Coronel X de la DINCOTE .El primer
oficial, el mayor de la DIVISE
(división anti secuestros) declaró que me había detenido sola en una calle del
distrito de Salamanca, sana y sin lesiones me entregó a su superior ese mismo
día el 23 de octubre de 1987, el coronel de la DINCOTE me recibe el 3 de
noviembre en la DINCOTE
y reconoce ante el Dr. Talavera (presidente de la Sala Nacional de Terrorismo)
que me recibió con lesiones y maltratada
haciéndome pasar médico legista, para salvar responsabilidades (todo en
esos años), entonces había testimonio de los propios policías de que en un
período de 10 días yo fui salvajemente torturada y maltratada, rompiéndome el
brazo derecho y otras lesiones más, desbaratando el atestado policial de la DIVISE que afirmaba que yo
fui detenida en una casa y que al resistirme a la detención me caí de las
escaleras fracturándome el brazo derecho. Recuerdo que tanto en mi instructiva
en la DIVISE
como en la DINCOTE
yo denuncié que estaba siendo ferozmente torturada, cosa que les provocaba
furia, yo igual denuncié a pesar de que sabía de que en las noches se
ensañarían mucho más conmigo, pero hice algo más: como estaban presentes en
ambas declaraciones fiscales de turno (que por fortuna eran sensibles) le dije
que si ellos no se quedaban esas noches me torturarían nuevamente, y parece que
les toque el corazón o no sé, la cosa es que en los dos casos ambos fiscales
pernoctaron en dichas dependencias para verificar de que no fuera maltratada,
les debo a ellos noches tranquilas (sin sesiones de interrogatorio
“científico”).
Lo bueno es que tras 21 años, volví a ver aquel atestado y mis
palabras de denuncia ahora toman una importante dimensión, te juro que yo en
ese momento lo denuncie porque creí fervientemente que era fundamental decirlo
sin ambages ni dudas (aunque confieso que tuve pánico por que se ensañarían más
conmigo), en esos momento ellos hacían lo que querían con mi cuerpo, pero yo
aún conservaba mi dignidad, mis convicciones, mis valores y mi capacidad de
amar, todo ello me daba fuerzas para enrostrarles cara a cara y lograr, a pesar
de estar “vencida” como ellos decían, lograr salir victoriosa. Hija mía, esa
etapa no fue fácil ni sencilla, fue durísimo, durante todos estos años lo he
racionalizado, analizado para tomarlo más fría y serenamente, pensé que lo
había logrado, pero…, soy un ser humano común y corriente y comprobé, al dar
mis declaraciones detallando todas las torturas y agresiones, que me removieron
toda el alma…, por fortuna he tenido cerca de personas que no solo me
entienden, sino que me abrazan y me acompañan en esta etapa, que me resultó
emocionalmente dolorosa.
Hija adorada,
ya me conoces saco fuerzas de flaquezas, te estoy enviando un escrito que hice
como una forma de soltar y expresar todo lo que significó esos momentos para
mí, por que tú ya tenías vida en mí y fuiste y eres mi motivación de vida y de
amor. Hija mía ¿cómo decirte todo lo que
te debo?, tú fuiste la que me formaste y me enseñaste desde tus primeros días
la fuerza que da el amor, te amo hijita mía, te amé ayer, te amo hoy y te amaré
toda mi vida.
Febrero del 2009
Parecía que ya era algo superado…, es lo que pensé. El martes 3 me
comunican en la mañanita que tendré diligencia a las 10 a.m. sobre la demanda por
torturas contra mi persona, en octubre de 1987, que la SNT (Sala Nacional de
Terrorismo) dio curso para abrir proceso de investigación y que fue ratificado
por la Corte Suprema
de Justicia. No tuve tiempo para preparar mi defensa y sobre todo para
prepararme yo psicológicamente. Fue el ministerio público el que llegó para
hacer las indagaciones preliminares y tomar mi declaración sobre los hechos que
fundamentan la denuncia. Hoy es jueves 5, son las 11.20 a.m. y siento un tic
nervioso en mi ojo derecho, a pesar de que el mismo martes, luego de la
diligencia, y el miércoles he llorado para desahogarme por todo lo relatado y
por ende vuelto a vivir, aún siento que me encuentro muy sensible, tocada por
los hechos que acaecieron hace más de 21 años. Que indefensión tuve en esos
días, que nivel de amor logré en esos momentos pues llevaba en mi vientre a mi
hijita adorada, qué fuerza para protegerla, para vivir por ella y con ella, y
el contraste con la brutalidad la de esos individuos que no cesaban en sus
agresiones, groserías e inhumanidad.
Sabía que eran brutales pero tuve que
vivirlo en carne propia para conocer la dimensión a la que puede llegar la
insensibilidad. No me aferré a la vida
por cumplir la meta ideológica, me aferré a la vida por ti hija mía, resistí
con toda la fuerza de mi alma (aunque a veces temía que mi cuerpo no me siga),
y cada noche en silencio, antes de cada sesión, te decía en silencio “saldremos
vivas de este infierno mi bebe”, “yo estoy aquí protegiéndote…”, y cuando me
regresaban y me tiraban como un trapo viejo al piso de mi celda, quedábamos tú
y yo, unidas y todo el resto no importaba, sabíamos que juntas valía la pena
vivir. Había visto en una película sobre el Holocausto judío cuando uno de los
torturados decía: “llega un momento en que el dolor es el máximo posible,
entonces ya no sientes tu cuerpo, se hace insensible a los golpes, cuando
llegues a ese nivel, solo procura no morir”. Es lo que viví la primera noche de
torturas, cuando mientras violentaron mis brazos para proceder a colgarme sobre
una viga del techo, ellos se burlaban de mis quejidos y padecimiento, al
contrario parecían gozar con la escena, ¿porqué son así? ¿Acaso están ebrios,
drogados, o simplemente fueron degenerando a fuerza de interrogar y torturar
permanente y sistemáticamente?, una, dos, tres horas… ¿cuánto tiempo me
tuvieron así? No lo sé solo sé que me fue una eternidad…, y cuando ya sentía
que no tenía cuerpo, me jalaban de los pies y el dolor se quintuplicaba lanzaba
unos gritos que jamás sensibilizaron sus corazones, y tu mi bebe, ¡cómo
resististe! Querías vivir, desde esos
primeros días supiste lo que es el verdadero amor, ese en el que eres capaz de
dar la vida por los que amas o el de resistir el dolor más atroz con tal de
proteger al ser que más amas, TÚ HIJA MIA, tú fuiste mi fuerza, la fuerza del amor,
ellos no sabían que estaba embarazada, no se los dije por que sabía que en su
brutalidad e irracionalidad lo primero que harían para doblegarme sería golpear
mi vientre…, pero tú y yo nunca nos separamos hasta ahora que seguimos más
unidas que nunca. Ya no tenía control de mi cuerpo supe lo que es sentirse un
estropajo, mis músculos, huesos, nervios no me respondían, no podía ni siquiera
articular una palabra, pero sobreviví esta primera noche, “sobreviviremos esta
y muchas noches mi hija adorada” te lo decía en silencio y tu corazoncito
aprendió desde tan temprano a ser fuerte amando.
Al soltarme las amarras de los brazos el
dolor se volvió indescriptible e inmenso como si me hubiesen arrebatado una
parte de mí y es que me rompieron el brazo derecho, se les paso la mano en el
tiempo de “la colgada” y al estar jalando mis pies a cada momento, los torturadores se sorprendieron, en el
tumulto distingo voces de mujer, ¿también hay mujeres que terminan por
integrarse a ese infierno y ser peor de los peores? Tenía los ojos vendados,
desnuda y a merced de sus lujurias, agresiones y enconos, podían hacer lo que
hacían con mi cuerpo pero jamás obtendrían mi dignidad, y mi humanidad no me la
quitarían. Y mi triunfo fue sobrevivir junto a ti y hoy construir nuestras
vidas en amor. No comía ni me daban agua por varios días, tirada en el piso de
una celda con puerta de plancha de metal, no tenía fuerzas ni para llorar, por
primera vez sentí que una mujer revolucionaria al hacerse madre, reafirma su
capacidad de amar y de entrega, así como te protegía a ti hija mía así mismo
protegía a todos aquellos que daban todo por una nueva sociedad. Si bien estuve
dispuesta a morir ahora estaba dispuesta a vivir por ti para luchar y amar.
Tener una vidita dentro de mí hacía que redoblara mis fuerzas y mis
convicciones, eso lograste en mi hija adorada, tú necesitabas un mundo nuevo y
mejor, ahora tras 21 años, la tarea sigue pendiente, pero ya tienes 20 años y
hoy caminamos de la mano hacía ese nuevo futuro, como madre-hija, como amigas.
No puedes imaginar lo hermoso que es saber y ver que todo lo vivido en octubre
de 1987 no fue en vano…, sobre todo porque nunca dejamos de soñar y tú eres la
reafirmación de la vida y de la continuidad. Nos llenamos de amor aquellos días
y desterramos el rencor, resentimiento y el oscuro sentimiento de venganza que
pudo anidar en ti y en mi, pero por fortuna no sucedió. Te miro y eres sinónimo
de FORTALEZA Y GRAN CAPACIDAD DE AMAR.
Es cierto que la vida tiene mucho de dolor,
pero a la vez trae mucho de color y luz, míranos ahora, nos amamos y estamos
unidas, rompiendo esquemas pues somos madre e hija de nuevo tipo. Eres una
mujer hecha y derecha y te miro con admiración y orgullo, eres la energía
revitalizadora, la pureza del amor. Acá tienes a tu madre, que si bien la
tienen tras los muros jamás lograron apresarla en su corazón y en sus sueños,
soy libre por que te amo.