MI HIJA
“Estuviste aquí, jamás te fuiste, jamás te irás”
Octubre 2009
La imagen de
la sonrisa incansable, los ojos tiernos, las caricias, los besos en la frente,
todo eso ha permanecido en mi mente desde que tengo uso de razón. Las
conversaciones divertidas y las intimas
también. Mi madre cuchichiándome al oído que me ama, dándome el beso de
despedida, el abrazo de amor. Ella despidiéndose con una sonrisa pero también
con una mirada melancólica; a ella que después del adiós se aferra a su almohada
y la suelta cuando por fin pudo calmarse.
Es a ella a
quien tengo en mi mente en cada instante, en cada minuto y en cada segundo. Es
por ella que rio, es por ella que soy feliz. Es por su amor que he aprendido
amar, es por ella que creo que el amor existe. ¿Cómo explicar entonces lo que siento
por ella? La amo y cada día me sorprende, cuanto amor puedo sentir.
Ha habido
momentos en que he llorado… ¡Y cómo he llorado! Suelo guardar mis lágrimas pero
cuando ya no puedo, el llanto es imparable; lloro por ella, lloro por mí, lloro
por mi hermano. Lloro por el presente
nuestro y el de miles de familias que pasamos y seguiremos pasando por momentos
como estos.
Mirando la
foto de mi madre he reído, recordado y llorado. Y mirándola de nuevo me he
recuperado. Luego salí y reí, ¡Viví! he sido feliz… La tristeza no ha podido
destruirnos y no podrá nunca. He aprendido a llorar, aprendí que debo llorar
para luego levantarme, sonreír y comenzar a actuar.
Al igual que
ella, yo también me aferro a mi almohada, y antes de dormir me pregunto ¿Cómo estará?
y trato de imaginármela sonriendo, dándome un beso en la frente, acariciándome
el cabello, contándome en voz baja lo mucho que me extraña y lo feliz que es al
tenerme.
Sí, mil veces
he imaginado verla libre y he llorado mientras lo hacía ¿Se cumplirá mi
sueño? ¡SE VA A CUMPLIR! Se tiene que
cumplir. Algún día veré a mi madre disfrutar el mar con nosotros.
Sé que su
mayor desconsuelo es vernos sufrir, pero si tengo que comparar entre los
momentos tristes y los felices, los momentos de alegría han sido tan intensos
que fueron suficientes para vencer las tristezas que he tenido y las que vienen
por delante.
Los amigos que
he conocido en mi camino me han hecho ver mi vida como una oportunidad de
demostrar que a pesar de todo seguiremos de pie enfrentado cualquier cosa que
venga, es por esta vida, que conozco a gente grandiosa y es por esto también que
veo el mundo diferente.
Mi madre,
ella sonríe y hace sonreír a más
personas, desde tan lejos es capaz de hacerme sentir tranquila, es capaz de
hacerme sentir feliz.
MI HIJO
2010
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